Santiago, 31 de julio de 2009
C: Queridos Maestros, esta es la noche del 31 de julio y siento una fuerte energía que me produce un poco de mareo, y tengo la sensación de mirar oleadas de luz a simple vista. Queridos maestros, si hay alguno de ustedes que quiera manifestarse en este momento, aquí quedo esperando. Por favor identifíquese como seres de luz
La fuerza de la naturaleza: Soy la fuerza de la naturaleza que he venido a visitarte. Tengo la forma de tormentas y de nubes. Pueden pensar que mi energía es violenta y destructiva. Pero la verdad es que no hay que confundir una fuerza violenta con una fuerza mala. Las oleadas de luz que ustedes reciben día a día, también forman parte de la manifestación de la fuerza de la naturaleza, puesto que está en todo.
La agitación que se produce en los seres humanos cuando escuchan hablar de la fuerza de la naturaleza o la perciben de alguna manera, se debe al temor que tienen de no poder manejarla, tal como pueden manejar otro tipo de inventos hechos por ustedes mismos, realizados por el hombre. La naturaleza, no la pueden manejar, y por eso le temen, sin entender que nosotros nos movemos a ritmos energéticos armónicos con todo lo que es. Nuestra fuerza es armónica, y se manifiesta como oleadas de luz sobre la humanidad, aunque a veces asuma la forma de terremotos, maremotos, tsunamis u otros desastres naturales. Son oleadas de energía que tienen por propósito purificar, llenar de luz, limpiar lo que ya no sirve, aunque en apariencia se trate de una manifestación violenta y negativa.
Yo soy la fuerza de la naturaleza, y como tal quiero manifestarles todo mi amor, puesto que ustedes también son seres creados por el único y gran D’s de todo lo que es. Somos todo parte de lo mismo, y como una madre amorosa no puedo dejar de manifestarles mi aprecio y cariño. Sin embargo, debo cumplir con lo que mi propia inclinación me exige, que es propender a la mayor armonía del mundo, al mayor equilibrio, para lo cual es necesario eliminar impurezas. Cada vez que ustedes escuchen hablar de un desastre natural, recuerden que se trata de eso: la amorosa eliminación de impurezas por parte de la fuerza de la naturaleza. No lo tomen como una tragedia, puesto que se trata de un tránsito necesario hacia un mayor bienestar de todo el planeta Tierra, y por lo tanto de toda la humanidad. Yo soy la fuerza de la naturaleza y los amo profundamente.
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